lunes, 24 de marzo de 2014

TEORÍA Y PRÁCTICA_ reelaboración



Mi oferta para María es una casa proyectada.  A María le interesa el tema de las proyecciones, por lo que las estancias y el mobiliario serán proyectados sobre los cerramientos verticales, que se limitan a encerrar un espacio y separarlo del exterior. ¿La casa es el mobiliario? ¿Es un espacio delimitado por muros? ¿Una casa es una casa si no tiene, por ejemplo, un aseo? Para responder a estas preguntas y conducir el proyecto lo primero que necesito hacer es un repaso por el concepto de qué es una casa para María.
Por un lado, la casa de María no la articula el mobiliario. Vamos a argumentar de forma intensa esta postura con referencias y ejemplos si esto es posible. ¿Se puede vivir en una casa sin muebles? ¿Que conlleva una casa que no tenga muebles?
Se me ocurre que una casa sin muebles es una casa sin ruido. Los muebles y su uso generan un ritmo. Es como la prueba de que un espacio está habitado. Sin embargo, esa cantidad de estímulos pueden hacernos obviar otros ritmos que tienen más que ver con el funcionamiento de nuestro organismo.
La propuesta de la casa sin muebles renuncia a una práctica muy común popularmente, la acumulación de objetos. No concebimos la casa como un lugar privado que funciona como contenedor. El desarrollo de lo cotidiano deja de hacerse entorno a estos objetos que de alguna forma limitan tanto el uso del espacio como la forma de realizar una acción. El mobiliario es una formalización de una actividad, un complemento que facilita nuestra vida dentro de la casa. Por tanto, ayudan a crear hábitos. La casa de María no supone un lugar donde los objetos o las actividades quedan estancadas de una forma cómoda. Es una casa flexible.
Candy Room (tienda de dulces, ubicada en Melbourne) se plantea la ausencia de muebles, y en su lugar los dibuja.

Una vez nos hemos desecho de los muebles hay que dar un paso más allá: liberar la casa de las particiones.  
“La planta libre es una nueva concepción y posee su propia gramática, como un lenguaje nuevo. Muchos creen que la planta libre significa absoluta libertad. Esto es un error de interpretación. La planta libre requiere tanta disciplina y comprensión por parte del arquitecto como una planta convencional”  Mies van der Rohe

En la arquitectura tradicional japonesa ni siquiera se conciben cimentaciones firmes. Sus casas se apoyan en el suelo, sobre patas de madera, como un mueble. La casa de María no tiene muebles, pero actúa como un mueble donde almacenar experiencias y actividad.
La propuesta comienza entonces desde un espacio libre de particiones, donde las actividades no están predeterminadas por los objetos que encierra. Encontramos falta de contextualización de las actividades, por lo que recurrimos a las proyecciones, evitando retomar la planta estándar.

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