La casa de María es un espacio
proyectado. El material encargado de articular el espacio y describir las
actividades serán las imágenes que se proyectan. Estas proyecciones no son
aleatorias, vienen definidas por una serie de parámetros como el tiempo, estado
de ánimo o número de personas a las que aloje dicha actividad. Para ello
establecemos un ciclo diario de actividades que desarrolla una persona en su
día a día.
Observando el ciclo vital de
María, comprendemos que hay una clara diferenciación entre las acciones que se
pueden llevar a cabo en la casa y las que no.
Las actividades fisiológicas
suceden fuera de la casa (comer, asearse). Para entender el proyecto es
importante ser consciente de las limitaciones que plantea la vivienda
tradicional occidental. El habitar está íntimamente unido a estas acciones mecanizadas y fundamentales en
el ciclo vital. Por ello el proyecto trata una estancia donde la creatividad y
la personalidad son fundamentales. Todos nos cepillamos los dientes de la misma
forma, al fin y al cabo es una necesidad de todos.
En cambio es interesante liberar
algunas actividades que tienen la capacidad de ser interpretada por cada
individuo y llevarla a cabo de forma personal.
Con la normativa ya se apreciaba
un primer intento por renombrar la casa; como no cumplía con las exigencias
mínimas para denominar el local como vivienda, nos dirigimos a éste espacio
como recinto de actividad. Pero recinto de actividad no es un nombre que nos
ayude entender la casa, sólo responde a cuestiones formales.
María puede bailar, leer,
escuchar música, ver una peli, tener sexo, dormir, gritar, cantar, sentarse,
hablar con alguien, vestirse, curarse, crear, esperar… lo que tienen en común
todas las actividades que realizar en la casa es proyectar. Definir las
proyecciones es la forma de conocer este espacio proyectado. El elemento
vertebrador de las acciones es el tiempo. La estación del año, mes, semana,
día, hora del día; definen la casa.
Estas imágenes que contextualizan la actividad son únicas e
irrepetibles. Aun así, hay una base que se mantiene, un ritmo que se repite.
Cada día es distinto, pero a la vez es igual que otro. Por ejemplo, el lunes es
el primer día de la semana; todos los lunes mantienen este patrón, pero los
demás parámetros como el estado de ánimo o el número de personas en la casa
varían. De igual forma, existen ciclos más grandes como el año. En este caso se
contemplan más posibilidades de cambio. Cada 28 de Febrero es el día de
Andalucía. Entonces, la proyección de este día un año mantendrá este concepto,
pero un año se desarrolla de forma individual y las imágenes son más
personales; por otro lado, al siguiente año recibimos visitas: proyecto cosas
típicas a nivel de Comunidad.
Entonces, la casa de María
organiza, describe el día a día. Actúa como una agenda. Es importante tener en
cuenta que estas imágenes no dirigen la actividad, sino que acompañan las
acciones en cuanto a temporalidad y estado de ánimo.
"La casa que proyecta sobre
lienzos el día a día de María."