Considero que antes de hacer
cálculos técnicos o elegir los materiales necesarios para cualquier proyecto,
es bueno tener una visión aproximada del resultado que buscamos. Para ello,
a parte del dibujo a mano se usa como herramientas fotomontajes o renders, que
pretenden aproximarse a la realidad final del objeto. Mi herramienta de trabajo
para este proceso, como no podría ser de otra forma, son los programas de
edición de imágenes. Factoría 5 Studio, un grupo de jóvenes arquitectos, se
dedica a la visualización de arquitectura a través de elaboración de imágenes. Un
concepto interesante y que mencionan a menudo es la temporalidad, la capacidad
de estímulo de algo que no existe. Es una forma de plasmar un salto en el
tiempo.
“Es
apasionante poder anticiparse y ver el aspecto de algo que aún no existe.” (Entrevista
por Alexandra Molinare, Plataforma Arquitectura).
No es un método que permita solucionar
cuestiones técnicas o formales. Simplemente es una forma sencilla y
relativamente rápida de tener un primer contacto visual con el objeto de
diseño. Hay veces que ni siquiera buscan acercarse a la realidad, tan solo
plasmar una primera ideación que contenga los rasgos característicos de forma
muy evidente.
El proceso es muy similar a un
collage. En primer lugar, hago una detenida búsqueda de un fondo que actúe como
soporte del conjunto. Es importante entender el fondo y elegirlo adecuadamente,
¿queremos que actúe como fondo o participa de forma activa? Si es posible este
fondo será una imagen propia.
Después, creo una carpeta en el
escritorio del ordenador. Esta carpeta comienza a llenarse con imágenes de aquí
y de allá. No se usarán todas estas imágenes o recortes en el montaje final, pero
es importante esa primera lluvia de objetos. Por ejemplo, la semana pasada
monté diferentes viñetas que mostraban la flexibilidad de mi espacio. Para ello
usé en todas ellas el mismo fondo. Siempre partía de una mesa, único objeto que
permanece en la estancia. Si lo que busco es un ambiente de trabajo, esa mesa
me hace pensar qué elementos apoyan en ella; cuantas personas pueden trabajar
allí; dónde se guardan los utensilios que se encuentran en la mesa; generan
material estos objetos o son sólo herramientas; dónde coloco la nueva
información, qué formato tiene y la ubicación óptima para su lectura.
Todas estas cuestiones tienen respuesta
en la carpeta. La ventaja del carácter digital de esta herramienta es la
rapidez de ejecución. Se pueden realizar multitud de pruebas, cambiando fácilmente
el orden, los tonos, la forma, eliminando o añadiendo elementos. Claro que en
cuestión de escala, es impreciso y hay que llevar cuidado. Aunque trabajamos
con elementos existentes esto no tiene por qué limitar el resultado. Se obtiene
una aproximación volumétrica del espacio, no exacta pero suficiente. Es tan
personal como quiera que sea, puedo introducir imágenes propias o
características, aporta otro tipo de información al dibujo de línea.
Me gusta pensar en estos montajes
como los Proun de Lissitzky, sacar
las formas de su soporte bidimensional, participando de la realidad en tres
dimensiones. Es un paso intermedio entre la arquitectura y la imagen. De alguna
forma, son herramientas de experimentación e investigación.
(1)- Reconstrucción de un Proun, -Lissitzky
(2)- Fotomontaje propio, Una casa proyectada para María Langarita
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