lunes, 14 de abril de 2014

Abstract_



El proyecto apuesta por una forma de habitar libre, sin las limitaciones que supone el mobiliario tradicional, que será reemplazado por imágenes proyectadas.
Profundizamos en el estudio de los medios audiovisuales. Me interesa entender las cualidades de la realidad virtual e introducirlo de alguna forma en el habitar, a través de proyectores.  La imagen proyectada no es aleatoria. Con ellas se pretende acompañar a las necesidades del habitante en cuanto al tiempo, lugar y acompañantes vinculados a la acción. El habitar hace a la proyección, no la proyección a la forma de habitar el espacio. 

En la actualidad, la tecnología ha evolucionado hasta suplir algunas funciones que hasta ahora habían necesitado de la intervención de personas y objetos. Ha comenzado a ponerse en duda la necesidad de parte de estos hábitos. En el ámbito doméstico, esta crisis tiene menor impacto. El estudio profundiza en el tema, proponiendo un nuevo espacio habitable que renuncia a la manera tradicional de hacerlo. Los objetos formalizan las actividades y reducen el espacio disponible para la libertad de movimiento.  

Para llevar a cabo la observación, se renuncia a los objetos y mobiliario doméstico. Serán sustituidos por imágenes proyectadas en las paredes verticales y pavimento, que pretenden contextualizar al usuario y la acción que realice. Mediante esta acción aparece una carencia en la composición del espacio habitable, se hace necesario un elemento articulador del espacio y centro de actividad, para el que se propondrá una mesa.

El estudio desemboca en una casa que renuncia a los objetos tradicionales. La forma de habitar esta casa se aleja de los parámetros convencionales, pues las proyecciones no sustentan las necesidades primarias como la higiene o alimentación. Por ello es necesario un perfil concreto de habitante. 

En definitiva, el proyecto propone un espacio doméstico opuesto a lo que entendemos por hogar. Pasamos a cuestionarnos cómo hacer en lugar de qué usar. Al final no supone un cambio en la forma de vivir, ya que cada vez más  una parte importante del habitar nos lo ofrece la ciudad y nuestro entorno habitual. Entonces, cabe cuestionarse si existiría alguna diferencia entre poseer una estantería llena de libros, colocada en el rincón de la sala de estar o simplemente la imagen de ésta.

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